No te imaginas la cantidad de perros gorditos que vemos a diario en el parque. Sus dueños suelen reconocernos que les dan de comer de su propia comida porque no pueden resistirse a la carita de pena de su mascota cuando están sentados a la mesa (¡ellos sí que saben hacernos chantaje emocional!). Otros amigos nos dicen qué marca de pienso están comprando a su perro (“la que esté en oferta”, “la más barata”, “la de marca blanca”…) y en realidad no saben que por ahorrarse unos euros están cometiendo un grave error. ¿Por qué? Sencillamente, porque una mala alimentación al final suele implicar problemas de salud. Te lo detallamos hoy desde Chuchupets, el tren de las mascotas.
¿Qué es una mala alimentación?
Hace no demasiados años, los veterinarios te recomendaban que dieras de comer a tu perro las sobras de tu comida (sí, como lo oyes). Afortunadamente, todo ha cambiado radicalmente. La investigación en veterinaria y el conocimiento fueron evolucionando y, así, aparecieron las primeras marcas de alimento húmedo y seco. En la actualidad prácticamente hay unanimidad en la comunidad científica: lo más apropiado es alimentar a los perros con pienso seco de alta gama, tal como os explicamos en nuestra guía de Alimentación saludable para perros.
Dicho esto, te puedes imaginar que con una “mala alimentación” nos referimos a dar de comer a tu perro:
– Sobras de tu propia comida
– Comida casera preparada para tu perro sin tener en cuenta la composición, valores nutricionales, combinaciones saludables, etc.
– Piensos baratos y de mala calidad
– Y, por supuesto, los alimentos prohibidos para perros.
Problemas de salud en los perros por mala alimentación
Como siempre te decimos, una alimentación pobre o de mala calidad termina por entrañar riesgos en la salud de tu mejor amigo. Si aparecen los síntomas que aparecen en el siguiente listado, es hora de concertar una cita con tu veterinario para que te oriente sobre el cambio de alimentación que necesita tu perro.
- Problemas de piel: dermatitis, picores
- Desánimo: falta de energía: apatía, tristeza
- Problemas en el manto: caída de pelo, pelaje sin brillo, zonas con calvas
- Mal olor corporal
- Mal comportamiento asociado a la comida: pedir constantemente, ansiedad, comer de forma atropellada…
- Problemas gastrointestinales: molestias, gases, heces blandas o demasiado duras
- Delgadez o, por el contrario, sobrepeso y obesidad
- Afecciones cardiovasculares
- Problemas renales
- Diabetes
- Reducción de la inmunidad (infecciones frecuentes, como otitis)
- Problemas articulares.
Como ves, hay que tomárselo muy en serio. Es importantísimo que prestes mucha atención a toda la comida que le ofreces a tu perro: no le des de picar ningún alimento humano porque no los metaboliza bien, no le des piensos de mala calidad ni tampoco sobras de tu comida.
¡Cuida su nutrición y dale lo mejor de lo mejor para que puedas disfrutar de su compañía muchos años más!