¿Cuantas veces has tenido que llamar la atención a tu perro por comer hierba? Este comportamiento ha generado muchos mitos a lo largo del tiempo (que si lo hacen para purgarse, que si es por hambre, que si así limpian su intestino…), pero ¿realmente sabemos por qué lo hacen? Hoy vamos a conocer las razones que hay detrás de esta curiosa costumbre de los perros de comer hierba. ¡Toma nota!
Mito: los perros comen hierba porque están enfermos
Es una de las leyendas urbanas más extendidas sobre este asunto y viene a decir que los perros comen hierba para provocarse el vómito cuando tienen malestar estomacal. Aunque algunos pueden hacerlo por este motivo, distintos estudios han demostrado que la mayoría de los perros que ingieren hierba no presentan síntomas de enfermedad antes ni vomitan después.
Mito: es un signo de deficiencia nutricional
Algunas personas creen que los perros comen hierba porque les falta algún nutriente en su dieta, especialmente fibra. Sin embargo, esto no es del todo cierto. Aunque la fibra es importante para su digestión, la mayoría de los perros con una alimentación equilibrada también mastican hierba, lo que significa que este comportamiento no está directamente relacionado con carencias nutricionales.
Realidad: un instinto natural heredado de los lobos
Como sabes, los perros son descendientes de los lobos, que en estado salvaje consumen el contenido estomacal de sus presas herbívoras. Además, se ha observado que los cánidos salvajes también ingieren plantas. Por lo tanto, comer hierba podría ser un comportamiento instintivo que ha perdurado a lo largo de su evolución.

Realidad: puede ser una forma de exploración o entretenimiento
Al igual que los cachorros muerden todo para conocer su entorno, muchos perros mastican hierba simplemente por curiosidad o aburrimiento. También puede ser un comportamiento auto-recompensante, ya que disfrutan del sabor o la textura.
¿Debo preocuparme si mi perro come hierba?
En la mayoría de los casos, no es motivo alguno de alarma. Sin embargo, es importante que asegures de que la hierba no esté tratada con pesticidas o productos químicos que puedan ser tóxicos. Si notas un aumento repentino en este hábito o signos de malestar digestivo, consulta con tu veterinario.
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