Hace unas semanas empezamos a notar que nuestra perrita Lúa cojeaba de una de sus patas traseras. Al ver las primeras molestias acudimos a nuestro veterinario de siempre. Tras hacerle una exploración inicial no detectó un problema grave y nos recomendó un tratamiento con antiinflamatorios. Al principio mejoró un poco, pero con el paso de los días, y especialmente después de pasar un fin de semana en la montaña, la cojera fue a más.
Ante este empeoramiento pedimos una segunda cita, esta vez con una veterinaria especialista en traumatología y colaboradora habitual de nuestra clínica. Fue ella quien, tras una exploración más detallada, confirmó el diagnóstico: inflamación del nervio ciático. Ahora Lúa está en tratamiento y con reposo estricto durante tres semanas, saliendo a la calle solo para hacer sus necesidades y siempre con correa. Una vez termine este periodo de 21 días, valoraremos su evolución y, si todo va bien, comenzaremos a retomar el ejercicio y sus paseos habituales de manera paulatina.
Hoy nos gustaría hablar de esto, de la ciática en perros: cómo aparece, tratamiento, prevención, etc. Esperamos que te resulte útil 😉
¿Qué es la ciática en perros?
La ciática en perros se produce cuando el nervio ciático —uno de los más largos e importantes del cuerpo, que va desde la zona lumbar hasta las patas traseras— se inflama o se comprime.
Esto provoca dolor, cojera y dificultad para moverse. Aunque solemos asociarlo a las personas, los perros también pueden padecerlo.
Causas y factores que influyen en su aparición
Entre las causas más comunes están las hernias discales, la artrosis, los traumatismos, los movimientos bruscos, caídas o, como posiblemente en el caso de Lúa, el exceso de ejercicio. También influyen factores como la edad, el sobrepeso o una predisposición genética en algunas razas.

Síntomas que pueden alertarte
Los signos más habituales de la ciática en perros son:
- Cojera o dificultad para apoyar una de las patas traseras.
- Dolor al moverse, tumbarse o levantarse.
- Rigidez en la zona lumbar.
- Cambios en el carácter, como apatía o irritabilidad.
- Quejidos al tocar la parte baja de la espalda o la cadera.
Tratamiento y cuidados
El diagnóstico siempre debe hacerlo un veterinario, normalmente mediante exploración física y, si es necesario, pruebas complementarias.
El tratamiento suele basarse en medicamentos que actúan sobre el sistema nervioso central (reducen el dolor neuropático), sumado al reposo y, en algunos casos, a la fisioterapia o rehabilitación.
La clave es respetar los tiempos de descanso y seguir las indicaciones profesionales para evitar recaídas.
En nuestro caso, Lúa está con medicación (1 cápsula de Pregabalina 50 mg. cada 12 hrs.) y reposo durante tres semanas. Pasado este tiempo, como os decíamos al principio, si todo va bien comenzará un plan de recuperación y ejercicio gradual.
Cómo prevenir la ciática en perros
Algunas medidas sencillas ayudan a reducir el riesgo:
- Mantener al perro en un peso adecuado
- Evitar los saltos bruscos
- No forzar demasiado el ejercicio
- Procurar que descanse en superficies cómodas.
Además, las revisiones veterinarias periódicas también son importantes para detectar problemas a tiempo.
Consejos finales
La ciática en perros es un problema más común de lo que pensamos, y con un buen diagnóstico y tratamiento la mayoría de los casos tienen buena recuperación.
Nosotros estamos viviendo este proceso con Lúa, que de momento descansa y pronto, esperamos, volverá a correr feliz por el parque.
Esperamos que estos consejos te hayan resultado de utilidad. Ya sabes que puedes acceder a muchos consejos sobre mascotas más en el Blog de Chuchupets o en nuestra cuenta de Instagram. ¡Hasta pronto!