¿Sabías que los gatos son auténticos expertos en ocultar el dolor? A diferencia de los perros, que suelen mostrar con claridad si algo no va bien (incluso a dramatizar un poco la situación jaja), los felinos tienden a disimular cualquier molestia. En realidad esto forma parte de su instinto natural de supervivencia: en la naturaleza, mostrar debilidad puede significar peligro. Por eso, los dueños de gatetes debemos estar muy atentos a los pequeños cambios que pueden indicar un problema de salud. Apunta estas señales que te dirán cuándo llevar al gato al veterinario.
1. Cambios en el apetito
Si tu gato deja de comer de repente o, por el contrario, empieza a comer más de lo habitual, puede ser señal de algo más que un simple capricho. La pérdida de apetito es especialmente preocupante si se mantiene más de 24-48 horas.
2. Menos energía o actividad inusual
¿Tu gato, que solía ser un torbellino de energía, ahora duerme más de lo normal? ¿O por el contrario está inquieto, maúlla sin razón aparente y no encuentra su sitio? Ambos extremos pueden ser señales de enfermedad o malestar.
3. Cambios en el uso del arenero
Presta atención si hay diarrea, estreñimiento, sangre en la orina o si tu gato comienza a hacer sus necesidades fuera del arenero. Estos comportamientos no son “rebeldía” sino que suelen indicar que algo va mal a nivel físico o emocional.
4. Higiene excesiva o nula
Los gatos son muy limpios por naturaleza. Si notas que se lame compulsivamente una zona concreta (hasta el punto de quedarse sin pelo), o si deja de asearse por completo, es señal de alarma. Puede estar sufriendo dolor, estrés o una enfermedad de la piel.
5. Cambios en la voz o maullidos distintos
Un gato que maúlla de forma diferente o más intensa de lo habitual, especialmente durante la noche, puede estar tratando de comunicarte que algo le duele o le molesta.
6. Movimientos torpes o cojeras
Aunque no se queje, una leve cojera, dificultad al saltar o un andar extraño pueden ser señales de problemas articulares, musculares o incluso neurológicos.
Observa
La clave para cuidar bien de tu gato es observar con atención. Si notas algún cambio persistente en su comportamiento, aunque parezca pequeño, no dudes en consultarlo con tu veterinario. Es mejor una revisión “por si acaso” que lamentar no haber actuado a tiempo. Y, recuerda, tú conoces mejor que nadie a tu gato, así que si algo te parece raro, es posible que tengas razón.
Esperamos que estas recomendaciones te hayan resultado útiles y te ayuden a reconocer cuándo llevar al gato al veterinario. No te pierdas más consejos en el blog de Chuchupets y en nuestra cuenta de Instagram.