Hace unos días os contábamos en este reel de nuestra cuenta de Instagram que hemos tenido un pequeño susto con Lúa pues se ha clavado una espiga en la pata y le ha producido una infección. Desafortunadamente, esto es muy común en estos días, cuando las espigas se encuentran en pleno esplendor en nuestros campos, parques y jardines.
Para evitar problemas con ellas, hoy os contamos en Chuchupets cuáles son los peligros de las espigas para los perros, cómo podéis evitarlos y qué tenéis que hacer en caso de que vuestro perro tenga un incidente con una. ¡Muy atentos!
¿Qué peligro entrañan las espigas para los perros?
El problema de las espigas es su forma puntiaguda, lo que facilita que se adhiera a la piel y al pelo de los perros, sobre todo en las patas, orejas y hocico, causándoles distintos problemas de salud.
Si una espiga penetra en la piel de tu perro, puede viajar por su cuerpo y llegar a zonas más sensibles y peligrosas, como el oído interno o los pulmones.
Además, si un perro se traga una espiga, puede provocar obstrucciones en el aparado digestivo porque estas no se descomponen fácilmente en el intestino.
Cómo evitarlo y cómo actuar
Evidentemente, la mejor prevención es salir a pasear por donde no hay espigas. Si esto no es posible, tienes que revisar a tu perro cuando lleguéis a casa, por si se le hubiera clavado alguna o la tuviera pegada en el manto.
Si notas, como nos pasó a nosotros con Lúa, que tiene una zona irritada, una heridita inflamada, o peor, que está infectada y supura, acude de inmediato al veterinario para que la evalúe y ponga el tratamiento adecuado.
Si tu perro se hace daño con una espiga, actúa rápido y sigue estas indicaciones:
- Examina la zona afectada: si sospechas que tu perro tiene una espiga clavada, búscala en un lugar bien iluminado y tranquilo para no estresar a tu perro.
- Extrae la espiga. Si es visible y está accesible, intenta extraerla con unas pinzas esterilizadas. Retírala suavemente para que no se rompa.
- Si no puedes extraer la espiga o si hay signos de inflamación o infección, acude al veterinario para que extraiga la espiga de forma segura y ataje cualquier tipo de complicación.
- Mantén la herida limpia. Lava la zona con agua tibia y un jabón suave, y aplica un antiséptico tipo Betadine o el que te recomiende tu veterinario. Observa la herida en los días siguientes para asegurarte de que no haya signos de infección. Si la hay, vuelve a visitar al veterinario para que limpie la herida y te recete, si lo considera necesario, una crema con antibiótico.
A veces parece que las espigas han salido, pero al cabo de una o dos semanas se vuelve a inflamar la zona. En este caso el veterinario hará una ecografía para valorar si es necesario hacer una incisión con bisturí para sacarla del todo.
Lo más importante, recuerda evitar los paseos por zonas con espigas. Y, si no tienes más remedio que hacerlo, revisa siempre a tu perro cuando llegues a casa.
Esperamos que estos consejos te hayan sido útiles. ¡Muy pronto muchos más en el blog de Chuchupets!